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lunes, 24 de agosto de 2015

¿Ya revisaste tu llanta de refacción?


La llanta de refacción no es estrictamente obligatoria y puede que tu auto no lleve una, siempre y cuando la sustituya por un equipo de sellado de emergencia. Si la lleva, ¿te acuerdas de revisarla cada cierto tiempo?

Los neumáticos son uno de los tres elementos del coche fundamentales para la seguridad activa (neumáticos, amortiguadores y frenos). Por eso solemos recordarte que es importante que revises su estado, desgaste y los daños que puedan tener, así como la presión de inflado, al menos una vez al mes. Además de las cuatro llantas de tu auto, ¿te has acordado de revisar también la quinta, la de repuesto, esa que va casi siempre oculta debajo de la cajuela?

La realidad sigue mostrando que los conductores solemos descuidar un poco la revisión de las llantas, sobre todo en lo que respecta al inflado, donde cerca de la mitad de los vehículos suelen ir con la presión algo más baja de la recomendada. Sin embargo, es todavía mayor la cantidad de conductores que se olvidan por completo de la rueda de refacción o repuesto.

Ya sea la llanta de refacción del mismo tamaño y tipo que las montadas al vehículo, o sea una de emergencia, algo más pequeña, en anchura y diámetro; hay que revisar su estado y presión con la misma periodicidad que el resto de la llantas del auto: al menos una vez al mes.

Sin duda lo más importante es revisar la presión de inflado, ya que con el paso del tiempo, aunque no se utilice, la presión del aire irá disminuyendo. El día que tengas que utilizarla, será una sorpresa nada agradable encontrarte que la llanta de refacción que llevabas confiado en la cajuela, está desinflada y no te va a ayudar a salir de la emergencia. Recuerda también que un neumático con menos presión de la indicada consume más gasolina y se comporta peor (peor estabilidad, más distancia de frenado).


También recuerda que las llantas tienen fecha de caducidad. Esta puede alargarse un poco en la de refacción, pues al ir guardada no está expuesta a cambios de temperatura tan extremos ni tampoco a la radiación solar directa, que hacen que el compuesto de caucho se deteriore más rápido, pierda elasticidad y ya no ofrezca las mismas prestaciones y seguridad. Para un neumático que se esté usando, la fecha de caducidad son 5 años, sin embargo para una llanta que se almacena, como la de repuesto, la caducidad suele considerarse entre los 8 y 10 años.

Tampoco es recomendable utilizar como refacción una llanta usada que hayas decidido guardar: si fue utilizada su caducidad llegará antes (los 5 años que te hemos dicho), pero además, si su desgaste es grande sus prestaciones son peores, (hablando de adherencia, de evacuación de agua y de frenado) que si el neumático tiene el dibujo en buen estado (eso por no citar que puede tener otros daños).

Fuente: circulaseguro: http://bit.ly/1JQQJ76

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